humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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lunes, 31 de diciembre de 2012

GUARDIANES INVISIBLES DE LA HUMANIDAD



CARTA Nº 9

Septiembre de 1911

GUARDIANES INVISIBLES DE LA HUMANIDAD

En la lección sobre el bautismo vería usted cómo retrocedimos hacia los días más primitivos de la
evolución en nuestro planeta, con el fin de saber la significación de aquel sacramento. Habrá notado usted
también en la lección del mes pasado cómo el Sacramento de la Comunión tiene sus raíces en los comienzos
de la era. De este modo podemos convenir en que a menos que seamos capaces para investigar el pasado de
la historia de la raza humana, no podremos obtener una clara concepción de cuanto esté relacionado con el
género humano.
Goethe hablaba de "das ewing Werdente" que quiere decir: --Siempre formándose -. En la variación está el
principal resorte del progreso, y si miramos al hombre tal como es ahora, sin reparar en lo que ha sido,
nuestras deducciones sobre su futuro tienen necesariamente que ser muy limitadas. La lección anterior aclara
la ley de Analogía, mostrando la manera en que el hombre fue criado por los Guardianes Divinos, en forma
análoga a la que los, padres crían una criatura preparándola para la lucha por la vida; y podemos tener la
seguridad de que, aunque estos guardianes se han retirado de la dirección "visible", continúan estando
todavía con nosotros y vigilan a sus antiguos protegidos exactamente igual como los que somos padres -
continuamos interesados por el bienestar de nuestros hijos después de haber dejado nuestros lares y hogar,
para empezar la lucha por la vida por sus propios medios.
Una vez que se nos han abierto los ojos espirituales y hemos aprendido a distinguir las varias clases
de seres de las regiones superiores, la guardia citada es de los hechos más seguros para el observador, pues
aunque nadie puede
interponerse entre la libre voluntad y el pensamiento del género humano, por ser contrario al plan divino
coaccionar al hombre a que haga aquello que no quiere, no hay nada que prohiba las sugestiones en asuntos
que se ve que está propenso a elegir. Y es debido a la sabiduría y al amor de estos Grandes Seres, por lo que
el progreso por la senda humanitaria es la consigna del día.
Durante las edades pasadas, nosotros, los que habitamos en el mundo Occidental, hemos sentido de
manera particular el pesar y el dolor provocado por la guerra y la discordia. La lucha por la existencia va
constantemente agudizándose más y más, estando dictada por la "inhumanidad del hombre para el hombre".
Pero existe también otro factor desarrollado por los Seres del Amor y de la Compasión, a saber, los
movimientos altruistas, que van multiplicándose en gran número con maravillosa rapidez, ganando en
eficiencia en el transcurso de los años. Es de notar el hecho de que tanto la beneficencia como el hacer
limosna, que degradan a los que las reciben, vayan siendo cada vez más substituidas por la "ayuda para
ayudarse a sí mismo", que ensalza a quien auxiliamos y también al que auxilia. Este beneficio implica
pensamiento y abnegación, lo cual está estimulado por los Guardianes Invisibles, entre "los más fuertes" que
ahora son "los guardianes de sus hermanos más débiles".
Es motivo de considerables plácemes el que miembros numerosos de nuestra Fraternidad pertenezcan
en calidad de trabajadores a instituciones regidas por las normas antedichas, y yo, sinceramente, espero ver
el día en que la inmensa mayoría esté dispuesta a empezar el trabajo de esta naturaleza, cada cual en sus
cercanías o medio ambiente. Pero hay que empezar en el propio hogar, sed cariñosos con quienes estéis en
inmediato contacto, y una vez se haya visto en vosotros fidelidad en algunas obras, no dejarán de presentarse
mejores oportunidades.

del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel

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sábado, 29 de diciembre de 2012

CÓMO DOMINAR NUESTRAS ESTRELLAS



CARTA Nº 8


Agosto de 1911

CÓMO DOMINAR NUESTRAS ESTRELLAS

Espero que sacó buen provecho de la lección del mes pasado sobre "El Misterio de la Luz, del Color
y de la Consciencia", y que ahora se habrá hecho bien el cargo del significado de la sentencia bíblica: "En Él
vivimos, nos movemos, y tenemos nuestro ser", por cuanto en todas partes del universo en donde penetra la
luz, allá está Dios también. Aun en los sitios que "nosotros" llamamos obscuros, porque la constitución de
nuestros ojos nos priva la percepción de los objetos en ellos, otros órganos de visión de constitución
diferente, pueden ver, como es el caso con los gatos y las lechuzas.
Cristo dijo: "Dejad que brille vuestra Luz". A la visión espiritual, cada ser humano aparece como un
haz de luz, de variado colorido, según el temperamento, y de mayor o menor resplandor en proporción a la
pureza de carácter. La ciencia ha descubierto que toda la materia está en un estado de fluidez, que las
partículas de que está compuesto nuestro cuerpo, decaen continuamente y son eliminadas del sistema para
ser reemplazadas por otras que permanecen un corto espacio de tiempo hasta que también se descomponen.
Igualmente ocurre con nuestro humor o talante, nuestras emociones y deseos, que cambian a cada momento,
dejando su lugar las antiguas a las nuevas en interminable sucesión.
Por lo tanto, también tienen que estar compuestos de materia y sujetos a leyes iguales a las que rigen
las substancias físicas visibles.
Incluso podemos, y así lo hacemos constantemente, cambiar nuestras mentes; podemos cultivarla
hacia una u otra dirección, a nuestro libre albedrío, del mismo modo que podemos desarrollar los músculos
de los brazos o de las piernas, o podemos dejar que se atrofien los miembros. Por cuyo motivo también la
mente tiene que estar compuesta de una substancia maleable. Pero el ego, el pensador, nunca pierde la
identidad del "Yo". En los dos casos, lo mismo en la infancia que, en la vejez, este "Yo" permanece igual,
indiferente a los, cambios de pensamientos, sensaciones, emociones y deseos. Aunque, el cuerpo que
usamos como vestido, cambie a medida que pasan los años, "nosotros" somos eternamente los mismos.
La virtud o el poder de mutación de la materia y la disipación de la forma, es la base de todo
progreso espiritual, no obstante; pues si la materia fuese inmutable como el espíritu lo es, no existiría
posibilidad alguna de adelanto. Hasta que no cesemos en dejarnos arrastrar por la corriente de la vida, y no
gobernemos conscientemente el flujo y reflujo de la materia dentro y fuera de nuestro ser, seremos juguete
de las circunstancias. Por consiguiente, cuando un rayo de Marte se proyecta en cierto ángulo sobre los
átomos de nuestro cuerpo, sentimos toda la agresividad que lleva en sí. Por otra parte, un rayo de Saturno
nos produce depresión de ánimo, nos llena de tinieblas y de espantosos presentimientos. Pero a medida que
evolucionamos, y llegamos a la comprensión del "misterio, de la luz, del color y de la, conciencia", vamos
aprendiendo, gradualmente a gobernar nuestras, estrellas. Luego, por medio de la conformidad a las leyes,
de la naturaleza, nos convertimos en dueños de nuestro propio destino; y es de importancia vital el que, sean
cuales fueren los aspectos que rijan en cualquier época, afirmemos siempre nuestra individualidad y
digamos:

"No importa cuan estrecho sea el camino
Ni con cuantos castigos esté mi vida abrumada.
"Yo" soy el dueño de mi sino;
"Yo" soy el capitán de mi alma."

del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel

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viernes, 28 de diciembre de 2012

BAUTISMO DE AGUA Y DEL ESPÍRITU



CARTA Nº 7

Julio de 1911

BAUTISMO DE AGUA Y DEL ESPÍRITU

El mes pasado empezamos a considerar los sacramentos, y era mi intención escribir sobre la
"Comunión" este mes, pero resulta el asunto tan vasto que
abarca en sí casi todo, desde el Génesis a la Revelación, así como de un número de aspectos fisiológicos
tales como la química del alimento y de la sangre; de la atmósfera, etc. Además, está inseparablemente
relacionado con la segunda venida de Cristo. Se necesita más tiempo del que puede dedicarse para que salga
a tiempo en los comienzos del mes, y también por que alcanzará varias lecciones.
Por lo tanto, creía sería lo mejor no utilizar el asunto en cuestión hasta el mes que viene, y entre tanto
he decidido darle a usted una lección tomada del nuevo libro "Los Misterios Rosacruces". Esta lección está
en parte copiada del capitulo titulado "El Misterio de la Luz, del Color y de la Consciencia". La encontrará
usted de mucha importancia y muy instructiva.
Con referencia a la lección del pasado mes sobre "Bautismo", habrá usted observado que lejos de ser
solamente una consecuencia del dogmatismo presuntuoso y arrogante, comúnmente atribuido a la iglesia, es
el símbolo de un estado que de hecho existió en el pasado cuando la humanidad era realmente una
hermandad. Es un hecho de la mayor significancia el de que hasta la época de Cristo la ley exigía ojo por
ojo, y diente por diente; pero antes de empezar a predicar el evangelio del amor al prójimo y el perdón de
nuestros enemigos, É1 pasó a través de las Aguas del Bautismo, y allí recibió al Espíritu Universal, el cual
suplantará al egoísmo que hoy impera.
Así É1 quedó henchido de amor, y por esto mismo naturalmente irradiaba aquella cualidad, tan
naturalmente como una estufa cargada de carbón encendido irradia calor. Por mucho que prediquemos a la
estufa recordándola que su deber es el de calentar, si no la llenamos de carbón permanecerá fría. De igual
modo podemos predicar a la humanidad que debemos ser hermanos y amarnos los unos a los otros, pero
hasta tanto que nos pongamos afines con el infinito, no podremos amar al prójimo, al igual que la estufa
vacía no da calor. Como Pablo dice: "Aunque hable con las lenguas de los hombres y de los Ángeles y no
tengo amor, me convierto en un bronce que suena o en un címbalo."
El "Bautismo de agua" hace referencia a un estado pasado en el que éramos irresponsables
como el niño que llevamos a la iglesia hoy día; pero el Bautismo del Espíritu es algo que aún está por venir
para la mayoría de nosotros, y esto es por lo que nos estamos esforzándonos. Dediquemos nuestra, especial
atención al capitulo 13, de la primera epístola los Corintios, durante el mes que viene. Esforcémonos en
practicar en nuestras vidas diarias, por lo menos una de las virtudes que, según dice Pablo, conducen a la
iluminación, para que pronto podamos ver cara a cara las bellezas de los sacramentos y que ahora vemos a
través de un cristal obscurecido.

del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel

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jueves, 27 de diciembre de 2012

CURANDO AL ENFERMO




CARTA Nº 6

Junio de 1911


CURANDO AL ENFERMO

Cristo dio a Sus discípulos dos mandamientos
cuando les dijo: "Predicad el Evangelio y curad al
enfermo." Vimos por la lección del mes pasado cómo el ministerio de guía espiritual está estrechamente
unido con la curación de las dolencias físicas; pues aunque la inmediata y aparente causa de la enfermedad
pueda ser física, en un análisis final todas las dolencias son debidas a la transgresión de las "Leyes de Dios",
las que llamamos vulgarmente "Leyes de la Naturaleza" en nuestros materiales intentos de eliminar lo
Divino. Bacon, con rara percepción espiritual, dijo: "Dios y la Naturaleza difieren entre sí como el sello y su
marca". Como el lacre se amolda a las líneas rígidas del sello, así también la naturaleza se amolda a las leyes
inmutables de su Divino Creador, y así la salud y la condición del libre albedrío son la regla entre los reinos
inferiores. Sin embargo, cuando se ha alcanzado el grado de humano, cuando se ha desarrollado la
individualidad y empezamos a exigir el derecho de la elección, de la prerrogativa y de la emancipación, es
cuando nos disponemos a contravenir o quebrantar las leyes de Dios, e invariablemente, esta transgresión va
seguida del sufrimiento.
Existe un lado de la Luna el cual no vemos nunca, no obstante sabemos que existe, y precisamente
ese lado escondido de la Luna es tan importante factor para la formación de las mareas como lo es la parte
más cercana a nosotros y visible. También en el hombre existe un lado escondido que es tan responsable de
la acción como el ser físico que contemplamos. Los quebrantamientos de las leyes divinas en los planos de
la acción mental y moral son tan responsables de los trastornos físicos, como lo es el lado oculto de la Luna
en la producción de las mareas.
Si lo que antecede fuese comprendido, los médicos cesarían de estar desorientados acerca del hecho
enojoso de que en tanto que cierta clase y cantidad de una medicina determinada cura una enfermedad,
puede ser impotente en absoluto en otras. Va en aumento el número de médicos que se van convenciendo de
que la ley del destino es un factor importante en la manifestación de las enfermedades y en el retardo de su
curación, no obstante no creer en la falacia del sino. Reconocen que Dios voluntariamente no nos aflige, ni
tampoco pretende vengarse de los transgresores; ellos reconocen que la pena y el sufrimiento están
designados para enseñarnos lecciones que no aprenderíamos o no podríamos aprender por ningún otro
medio. Las estrellas muestran el periodo estimado como adecuado para enseñarnos]a lección, no obstante no
poder, ni Dios mismo, determinar el tiempo exacto, ni la cuantía de sufrimiento necesaria; nosotros mismos
tenemos la prerrogativa, puesto que somos divinos. Si despertamos al hecho de nuestras transgresiones y
comenzamos a obedecer la ley antes que la aflicción astral cese, nos curaremos
de nuestro mal, ya sea éste mental, físico o moral; pero si persistimos hasta el final de una aflicción astral sin
haber aprendido la lección, nos forzará a la obediencia más tarde una configuración más hostil.
Relacionado con esto es por lo que un restablecedor de la salud dotado de una mente espiritual puede
prestar con frecuencia los servicios más eficaces y acortar el periodo de sufrimiento señalando al paciente la
causa de su aflicción. Aun cuando el médico se halle o se vea impotente para combatir con la enfermedad,
puede muchas veces alentar al paciente durante una crisis de inevitable sufrimiento, mediante la promesa
consoladora de alivio determinada para un momento.
En mis servicios a los enfermos durante años atrás no ha sido infrecuente mi privilegio de poder
señalar así la Estrella de la Esperanza, y hasta donde alcanzan mis recuerdos, mis predicciones sobre la
mejoría en un plazo determinado, han sido realidades siempre, y algunas veces de la manera más milagrosa
quedarse pueda, pues las estrellas son el Reloj del Destino y son siempre exactas. En lo que queda expuesto
tiene explicada la gran razón por la cual debemos estudiar astrología bajo el punto de vista espiritual. En la
lección del mes próximo espero exponer algo más definitivo concerniente a la Panacea Espiritual, y entre
tanto tengo la seguridad de que le será grato saber que hemos comprado el terreno del que ya hemos hablado
anteriormente.
Es un lugar que tiene una vista incomparable en el Sur de la bella California; en efecto, aunque yo he
viajado por todo el mundo no he visto sitio igual que pueda compararse con el lugar de nuestra futura
Residencia General. Está situado sobre una elevada meseta que permite la visión libre de un panorama que
se extiende a unas cuarenta millas o más, en todas direcciones. Por el Norte, la altura del monte Santa Ana
desvía los vientos fríos del Norte, de tal forma que prácticamente el clima está libre de hielos durante todo el
año. Debajo de nosotros, por el Este está el Valle de San Luis Rey, con el río que parece una franja plateada,
cruzando por fértiles campos, y por la histórica Misión Española, en la cual los Padres Franciscanos
enseñaron a los indios durante siglos. Más para el Este el monte de San Jacinto alza su pico nevado hacia un
cielo del mis intenso color azul. Por el Sur, el promontorio de La Joya, con sus cuevas pintorescas, oculta a
las miradas, el gran puerto natural de la ciudad situada más al Sur de las tierras del Tío San: San Diego.
Mirando al punto por donde se pone el Sol podemos contemplar el plácido seno del Océano Pacificó, la isla
de San Clemente, y también Santa Catalina con sus maravillosos jardines- submarinos- un cuadro
compuesto de gloria e inspiración, suficiente por sí solo para la evocación de todo lo que halla de mejor y
más puro en cualquier persona inclinada hacia lo espiritual.
A este bello rincón de la naturaleza le hemos dado el "Monte Ecclesia", habiéndose abierto ya un
fondo pare erigir los edificios adecuados: una Escuela de Curación, un Sanatorio, y, por último, un lugar
para el culto - una "Ecclesia"- en la que será preparada la Panacea Espiritual y enviada por todo el mundo
para que sea aplicada por los auxiliares debidamente capacitados para ello.

del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel

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miércoles, 26 de diciembre de 2012

VALOR DE LOS SENTIMIENTOS RECTOS



CARTA Nº5

Mayo de 1911


VALOR DE LOS SENTIMIENTOS RECTOS

Espero que usted habrá disfrutado con la lección del mes pasado. Tal vez le habrá producido
extrañeza, pero me he revelado en ella gráficamente, pues elevó mi devoción poderosamente el pensar cómo
la Vida Divina se derrama periódicamente en nosotros para que tengamos más abundante vida. Sin ese anual
influjo de la vida de Dios, toda vida, o por mejor decirlo, toda forma, dejaría de existir. Es por las
sensaciones de las emociones superiores que nos elevamos nosotros mismos con mayor facilidad. Es bueno
el estudio y desarrollo de nuestras mentes, pero en esta edad existe el gran peligro de caer engañados en la
red del intelecto. Pablo dio en el clavo cuando dijo: "El conocimiento engríe, pero el amor edifica". Todos
deseamos saber, es natural que así sea, pero a menos que nuestro conocimiento sirva para hacernos mejores
de lo que somos, mejores hombres y mejores mujeres, mejores servidores de nuestros semejantes, no nos
hará más superiores a la vista de Dios. Por lo tanto, es de enorme importancia el cultivo del sentimiento
recto y justo, y sinceramente espero que habrá usted sentido la lección de la Pascua, pues este es el único
medio de obtener el pleno beneficio de la misma.
Imagínese usted la gran oleada de energía divina proyectada desde el Sol invisible que es la
manifestación del Padre. Pruebe a sentir el respeto que experimentaría si pudiera verla, tal y como lo siente
el vidente ejercitado. Obsérvela en su imaginación al chocar con la Tierra durante la Sagrada Noche de
Navidad. Deje que el sentimiento opere en usted igual que al hundirse en la tierra, y que es la activa causa de
la germinación en todos los reinos. Cristo utilizó el símil o parábola de la gallina clueca al describir Sus
sentimientos hacia otros seres, y si usted prueba a sentir la germinación de todas las cosas de la naturaleza,
tal y como quedó dicho en la lección de la Pascua, se dará cuenta de un punto del asunto que tal vez le haya
pasado por alto.
Espero que utilizará usted esta lección durante largo tiempo como materia para la meditación, por ser
diferente a las otras lecciones intelectuales, las cuales pueden grabarse en la mente y echar luego en olvido.
Esta lección es de validez permanente, y cuanto mayor número de veces la estudie dejándola penetrar en el
corazón, mayor será su proximidad al corazón de las cosas, que es Dios el Padre superior y amante que
derrama Su vida por igual sobre la planta más diminuta y el mayor de los monarcas del bosque; el que cuida
de las bestias y pájaros, del ladrón proscrito y sin hogar, y del potentado real que habita su palacio, sin
distinción alguna.
Que Dios le conceda a usted Sus bendiciones en abundancia y le muestre abiertos Sus depósitos de
riquezas, que sobrepujan a todos los goces terrenales, y que sienta usted la ola de amor que él derrama de
nuevo, año tras año, como una realidad. De este modo, no se sentirá usted solitario, aunque se halle en la
soledad, y será mucho más rico, no importando la abundancia de amor terrenal de que goce, y tanto más
dispuesto a irradiar la más sublime de todas las emociones: El Amor Espiritual.

del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel

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